SOÑAR EN LA BIBLIOTECA
POR AMOR
A Alfredo no le gustaba
leer de pequeño y ahora que ya tiene dieciséis años lo considera
una dedicación descartada. Su padre, Manolo, era un hombre fanático
de la lectura, siempre intentó que su hijo se interesara por los
libros pero no hubo manera. Un día Alfredo conoció a Marina en la
biblioteca del instituto. Marina era una chica delgadita, de ojos
claros, morena, de pelo largo y muy simpática. Le encantaba escribir
microrrelatos basados en hechos que le habían pasado a ella o a las
personas de su alrededor. Se pasaba el tiempo escribiendo y leyendo,
mientras que Alfredo la miraba sin perder detalle. En una ocasión
ella se levantó y le preguntó la hora, él, nervioso, le respondió.
Le invitó a sentarse a su lado y le preguntó qué era lo que
llevaba en la carpetilla que tenía en sus manos. Eran relatos, lo
invitó a que los leyera. Leyó siete de ellos en apenas un instante.
Desde ese día soñaba con ella, soñaba con volver a leer esos
maravillosos relatos, y se decía para sí: “Sueño en la
biblioteca gracias a ella y a sus escritos”.
Nerea Mohedano Barragán
3º ESO-B
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